La aracnofobia es un trastorno que, según algunos estudios, padece el 6% de la población mundial. En números absolutos, casi 480 millones de personas. No lo sufren, por supuesto, los depredadores de estos artrópodos, y por eso, para despistarlos, algunas especies de arañas han desarrollado métodos de engaño. Uno de ellos, hacerse pasar por presas menos apetitosas; por ejemplo, las hormigas.
“Las arañas que imitan a las hormigas (Salticide) son criaturas fascinantes que han evolucionado con una morfología y comportamientos modificados para parecerse a los de las hormigas (Formicidae)”. Es la primera frase de un estudio científico que revela el descubrimiento de una nueva especie imitadora de hormigas. Con una particularidad: esta vivió hace varios millones de años y ha sido hallada fosilizada en resina.
Las arañas imitadoras de hormigas o arañas saltadoras son cosmopolitas, pero hasta ahora no existían registros de este tipo de arañas en resina fosilizada, ni tampoco registros de arañas imitadoras de hormigas existentes en Colombia, donde se ha desarrollado la investigación, cuyos resultados se han publicado en ‘Historical Biology’.
El estudio ahora presentado, obra de George Poinar Jr., de la Facultad de Ciencias de la Universidad Estatal de Oregón, describe a la Myrmarachne colombiana sp. norte, como la primera especie de araña que imita a las hormigas en resina fosilizada (copal) de Colombia, analiza las posibles edades de las inclusiones de copal en todo el mundo y examina varios escenarios que muestran por qué las arañas se han convertido en imitadores de hormigas.
“Muchos animales encuentran que comer hormigas es desagradable o peligroso”, apunta Poinar. De ahí que sean un modelo excelente para que las arañas confundan a sus depredadores.
Una “transformación mágica”
“Las hormigas son agresivas cuando se defienden: tienen una mordida fuerte y un veneno punzante, y pueden recurrir a docenas de compañeros de nido como aliados. Mientras tanto, las arañas no tienen defensas químicas y son solitarias, lo que las hace vulnerables a ser atacadas”, resalta Poinar.
De esta manera, si una araña parece una hormiga y se comporta como una hormiga, es más probable que no la molesten las avispas y los pájaros que las depredan.
La araña prehistórica que quería pasar como hormiga fue hallada sepultada en copal, una forma de reina fosilizada menos madura que el ámbar. El copal puede tener hasta tres millones de años de antigüedad, mientras que al ámbar se le atribuyen 25 millones o más.
En el caso de esta araña imitadora de hormigas hallada en Colombia, no se ha podido determinar la edad de la resina, porque el bloque en el que estaba el fósil era demasiado pequeño para realizar una prueba sin riesgo de dañar al animal. Lo que sí esta claro es que en la actualidad no hay registro alguno de arañas imitadoras de hormigas que vivan en Colombia.
¿Cómo consiguen estas arañas hacerse pasar por hormigas? “Es un desafío lograr esa transformación mágica“, señala Poinar. Por ejemplo, “las hormigas tienen seis patas y dos antenas largas, mientras que las arañas tienen ocho patas y no tienen antenas”.
Razonamiento e inteligencia
Para sortear esas diferencias anatómicas, las arañas normalmente colocan sus dos patas delanteras de una manera que se aproxima al aspecto de las antenas. Pero el número de patas y la ausencia o presencia de antenas no son las únicas características que diferencian la apariencia de una hormiga de la de una araña.
“El abdomen y el cefalotórax de las arañas están estrechamente unidos, mientras que en las hormigas el equivalente de estas partes del cuerpo están separados por un segmento estrecho llamado pecíolo”, resalta Poinar.
“Y hay muchas otras estructuras menores que necesitan ser modificadas en las arañas para parecerse a las hormigas. ¿Cómo lo logran? La mayoría de los científicos sostienen que comienza con la mutación, la adaptación y luego la selección natural de las arañas.
Pero Poinar cree que también hay “algo de razonamiento e inteligencia de las arañas involucradas, ya que a menudo modelan los cambios de su cuerpo a partir de hormigas específicas en el mismo entorno”.
“Al principio nos decían que todos los hábitos de los insectos eran el resultado de sus instintos, pero no es así”. Varios grupos de arañas han desarrollado la capacidad de “verse y comportarse” como varios tipos de hormigas, destaca. E incluso hay arañas que intentan mimetizarse con otros insectos, como moscas, escarabajos y avispas.
Hace seis años, un equipo de investigadores de la Universidad de Cornell descubría una araña imitadora de hormigas (Myrmarachne formicaria), que no solo se parece esos insectos, sino que imita su comportamiento. Por ejemplo, caminan como las hormigas. Aquel estudio demostró que el mimetismo de las arañas es bastante efectivo.
Informe de referencia: https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/08912963.2024.2320190
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